En 2004 Sole Giménez declaraba, ante la presentación de su
primer disco en solitario en televisión española: “tenemos la responsabilidad todos
los que podemos hacer música, que empieza a ser un lujo en este país, de hacer
algo más, de evolucionar, de mostrar al público algo nuevo, de no
estandarizarnos, no hacer la misma canción. Es muy importante para la cultura
musical de un país que se evolucione, que haya gente que investigue, que dé un
pasito adelante siempre“.
Pocos imaginarían entonces que diez años después, la
carismática cantante y compositora española sumaría una nutrida discografía
tras su ya rica aportación a la música de Presuntos Implicados, grupo del que
fuera voz y seña de 1983 a 2006. Cinco discos en un universo personal: Ojalá
(2004), La felicidad (2007), Dos gardenias (2009), Pequeñas cosas (2010) y El
cielo de París (2012) con un lenguaje común proveniente de inquietudes de
distintos momentos, apostando por una satisfacción artística, recreando ambientes,
letras, intérpretes, un estilo de hacer al universo de sus canciones. Ha puesto
además voz en discografías ajenas, en conciertos altruistas, con músicos
selectos de diversos alcances entre quienes destacan Joan Manuel Serrat, Ana
Belén, Miguel Ríos, Sergio Dalma, Cómplices o María Dolores Pradera.
Personalmente, se ha dado también la posibilidad de ser una figura pública a
favor de causas sociales y participar en Organizaciones No Gubernamentales.
Proveniente de la generación de los años ochenta, de gran
creatividad en la música española contemporánea, el camino más reciente de la
carrera de Sole Giménez no ha tenido el contexto más amable, donde la
dignificación del músico enfrenta un tiempo delicado de valoración. Sin
embargo, arropada por un buen hacer y por colegas adecuados para envolver su
trabajo ha sabido sacar brillo a un repertorio diversificado entre la música
popular latinoamericana, hispana, francesa y material de su autoría en
composición o adaptación llevada de la costura a su talle.
Como muestras, una aplaudida versión hispana del clásico brasileño
“Aguas de marzo” de Tom Jobim, el riesgo de asumir en su lengua original “La
vie en rose” primero en versión de jazz electrónico y después con un sonido
dixie guiñando con el tango, ejemplos de la versatilidad que cabe en la
propuesta de Sole Giménez en la aportación de repertorio para un jazz latino manufacturado
en español. Sondeando, hay más botones de curiosa manufactura: la apasionante “Lía”
de José María Cano, “Rabo de nube” de Silvio Rodríguez en juego vocal con
saxofón o un tema intimista del grupo de culto Esclarecidos que narra a modo de
soundtrack un amor inacabado de título “La cena”. Canciones en una discografía
con múltiples lecturas y matices.
¿Quién no habrá sentido
suyas las palabras “Apago la luz para verte mejor y saborear este sueño de amor”…?
un fragmento de la adaptación que Sole hiciera en 1995 del tema “Fallen” de
Lauren Wood, o identificación con canciones del pop español como “En la
oscuridad”, “Como hemos cambiado” o “Cuando quiero sol”, también de su autoría.
Quien conozca su trayectoria valorará siempre su homenaje a Billie Holliday
hecho canción en 1989 bajo el título “Alma de blues”, un estilo que hiciera
propio y la marcara con buena estrella. Pero para Sole Giménez la mira está puesta
en el futuro, como se entrevé en la renovación constante de su repertorio, con
la búsqueda y convicción honesta de crear y aportar belleza en femenino singular.
Dentro de sus discos de versiones ha reservado espacio para
repertorio propio camuflado con los clásicos atemporales. El danzón cubano “Un
tren perdido”, la balada “Mujer” y el tema con aire francés “Aquella tarde” la
muestran vigente como compositora, con un centenar de canciones propias desde
1984, muchas de ellas inéditas.
En México se ha editado toda su discografía oficial desde
los años 80 (excepto el disco debut de Presuntos Implicados) hasta los más recientes, tiene un público fiel que la espera y la escucha
en cada visita, partícipe con ella de proyectos en redes sociales como en 2011 para
realizar el videoclip “Aquellas pequeñas cosas”. Este próximo 4 de abril de
2014, Sole Giménez vuelve a México D.F. (El Plaza Condesa) para dar un
concierto acompañada del pianista cubano Iván “Melón” Lewis, tres años después
de su más reciente presentación en el país. Se espera tras esta visita la
posibilidad de una gira por otras ciudades y estados además de los que ha pisado
en ocasiones más puntuales como Guanajuato y Zacatecas en el contexto de festivales
culturales.
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