Un consejo: el concierto de Sole Giménez vale verdaderamente la inversión. Para probarlo hay que sumergirse en el sonido de jazz latino de su más reciente álbum "Dos gardenias" aparecido este verano. Seguramente son sus colaboraciones de hace algunos años con prestigiosos nombres del planeta jazz quienes vuelven a la memoria. Soledad Giménez ha rozado su talento con Herbie Hancock, Randy Crawford, Armando Manzanero, la referencia brasileña Milton Nascimento… A sus 46 años, esta artista española nacida en Paris, tiene sus maletas de regreso. Durante cerca de un cuarto de siglo, portó bajo sus espaldas con dicha las composiciones del grupo Presuntos Implicados disuelto en 2006. El verdadero éxito de la formación ocurrió en 1989 gracias a "Alma de blues", bajo el respaldo del sello Warner Music. Un homenaje a Billie Holiday.
La perseverancia está ligada a la continuidad. El aura de esta autora atraviesa las fronteras españolas para llegar a los oídos de algunos iniciados. Finalmente se ha convertido en una diva. Su voz tranquiliza e intriga. Justo lo que hace falta en la maestría de los grandes. Sus entonaciones acarician el oído, ruedan alrededor antes de encontrar allí domicilio. Caemos en la trampa de una técnica de alto vuelo. A su lado textos (una vez traducidos) que interpelan. Soledad a menudo tiende sus propias experiencias para escribir letras que viste con una inspiración efectiva. Una voz, un texto, una música que liga con indolencia. El solo esfuerzo que nos es pedido es el de escuchar con sensibilidad. Soledad Giménez canta a la vida, y no solamente a la que da y a la que dedica una canción en 1994: "mi pequeño tesoro". Debajo de ella, el suelo está ahí todavía más que enganchado.
25 de septiembre de 2009
NAFAA SINA, para el diario marroquí L'observateur
Traducción del francés: Israel Baxin
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